Según el relato bíblico, Noé tuvo
tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Dios ordenó que subieran también al arca con su
padre, acompañados de sus esposas. Cuando el diluvio cesó descubrieron que la
humanidad había perecido completamente y recayó sobre ellos la tarea de
repoblar la tierra. El capítulo X del libro de Génesis, conocido como “Tabla de
las Naciones” consiste precisamente en una lista con los descendientes de cada
hijo de Noé y su distribución geográfica. Tarsis es citado como hijo de Javán y
nieto de Jafet, habiéndose de localizar, cuanto menos, en el Mediterráneo.
La Tabla de las Naciones es para
mí uno de los documentos bíblicos fundamentales para ubicar Tarsis en Afroiberia
o alrededores. Sin embargo, para los académicos españoles este pasaje no
debería ser incluido en el debate Tarshish-Tartessos porque, dicen, el “Tarsis”
de Gen.X no sería más que un personaje casualmente homónimo al pueblo o región
que nos ocupa. Cuando los veo en ese plan no se si son más necios que ruines o
viceversa. Toda, repito, toda la comunidad científica internacional que
participa en el debate sobre la Tabla de las Naciones coincide en el evidente
propósito etnográfico del texto, porque no hay “hijo” o “nieto” de Noé en esa
lista que no se corresponda con una etnia o nación de la época. La efectividad
de dicha “etnografía” hebrea puede ser cuestionada, y con toda la razón, pues
no comparte nuestros métodos arqueológicos, lingüísticos, genéticos, etc. Se
discute pues sobre la ubicación o la identificación de tal o cual “hijo-etnia”,
se critica el desacierto de los judíos al emparentarlos, su vacilación al
repetir nombres en troncos familiares diferentes, la cronología del texto, etc.,
pero nadie se atrevería a suscribir la chorrada de nuestros “tartesiólogos”. Lo
peor de todo es que no hace falta ser experto en Próximo Oriente Antiguo para
reconocer entre estos descendientes a Asur (Asiria), Cush (Etiopía), Mizraim
(Egipto), Peleshet (Filistea) y no digamos a Canaan, Elam o Aram, a las que no
le cambia ni una vocal el nombre. Para gente que va por la vida de “catedrático
en Historia Antigua” o, peor aún, de “especialista en colonización fenicia”
esta lista debería sonarles como a ustedes les sonaría que yo dijera que la
matriarca Andalucía tuvo ocho hijas, llamadas Cádiz, Almería, Córdoba, etc.
¿Alguien se atrevería a pensar en personas de carne y hueso?
Los antiguos hebreos consideraban
entonces que el pueblo de Tarsis debía ser emparentado con el linaje etno-cultural
de Jafet por la línea de Javán. Habrá entonces que abordar las consecuencias de
este parentesco, qué ámbito geográfico implica, qué características culturales
e incluso somáticas. En este último sentido debemos ser muy cautos, pues a
menudo se ha escrito que los hebreos bíblicos consideraban camita a la raza
negra, semita a la amarilla y jafetita a la blanca. Simplificando aún más,
dicen que Sem es Asia, Cam es África y Jafet Europa. El despropósito de esta
tentadora correspondencia 3 a 3 comienza a hacerse evidente con el tronco
semita: ¿por qué entonces los judíos y árabes, semitas por antonomasia, no
tienen piel amarilla y ojos achinados?, ¿consideramos realmente semitas a los
chinos?, ¿son amarillos, siquiera asiáticos, los melanesios o los apaches? Es
evidente –nos dirán- que los antiguos judíos no conocían la totalidad del orbe
y que en su clasificación no podía entrar pueblos tan distantes. Suena lógico
pero ¿por qué no lo aplican también con el noruego y el angoleño? Si para la
Tabla de las Naciones los semitas eran sólo los habitantes de una estrecha
franja entre el Mediterráneo y el Indo, es decir, los asiáticos conocidos por
los hebreos, será lógico suponer también que los jafetitas y los camitas eran,
respectivamente, los pueblos euroasiáticos y afroasiáticos de los que hasta entonces
tenían noticia.
Los jafetitas
Es imposible ubicar correctamente
a todos y cada uno de los descendientes de Noé, y de hecho no hay dos autores,
modernos o antiguos, que compartan un mismo esquema o teoría al respecto. Sencillamente
faltan datos, y los pocos que disponemos suelen ser objeto de nuestra
tendenciosidad etnocéntrica. Pero sí existen rasgos generales de carácter
incuestionable que pueden ayudarnos a ubicar Tarsis, ocupándonos primero de
aquellos que conciernen colectivamente a los descendientes de Jafet. El rasgo
principal de los jafetitas es sin duda la “distancia” respecto a los hebreos y
sus avatares históricos. Si Ham, en su vertiente egipcia, cananea, filistea,
sabea o etíope, forma parte activa de las crónicas hebreas, qué decir de Sem,
linaje de los propios hebreos, pero también de los asirios, arameos, árabes,
babilonios, etc. Por el contrario, los jafetitas siempre aparecen como
referencias indirectas, aliados de otros pueblos, enemigos apocalípticos o fuente
de mercancías exóticas. Esta ausencia de contacto efectivo implica
necesariamente que el cuadro etnográfico que de ellos hicieron los hebreos sea
menos nítido que el que desarrollaron para los camitas y semitas.
Otro rasgo llamativo de los
jafetitas, al que por cierto no se presta la atención debida, es su condición
litoral o marítima. Cualquiera que se tome la molestia de leer Génesis X verá
que, entre la descendencia de cada hijo de Noé, existe una frase “coletilla”
que en Cam y Sem se repite casi idénticamente y que viene a ser: “Estos son los
hijos de Cam/Sem, según sus familias, sus lenguas y sus países”. Sin embargo,
tras la descendencia de Jafet dice:
“De estos fueron pobladas las
COSTAS de sus países, dividiéndose según sus lenguas y linajes”.
No se trata de una casualidad,
pues vuelve a repetirse cuando la Biblia se refiere a los descendientes de
Jafet:
- “Y enviaré fuego sobre MAGOG, y
sobre los que viven seguros en las ISLAS…” (Ez.39:6)
- “… y enviaré de los escapados
de ellos a las naciones, a TARSIS, a Fut y Lud que disparan arco,
a TUBAL y a JAVÁN, a las ISLAS LEJANAS que no oyeron de mí, ni vieron
mi gloria…” (Isa.66:19)
Hay que aclarar que la voz hebrea
AY sirve lo mismo para designar costas que islas, un poco a la manera del
NESSOS griego. Hay además otra característica general de los jafetitas. Esta sería
la clara división interna entre “anatolios” y “mediterráneos”. De los 7 hijos
de Jafet la mayoría (Magog, Madai, Tubal, Mesec y Tiras) son de ubicación
polémica, suelen tener un papel poco relevante en el resto de la Biblia, y por
ahora sólo nos concierne resaltar de ellos que no deben ser asignados a la
ligera, tal y como hace la crítica, dentro del grupo oriental. Nos quedan sólo
dos hijos de Jafet bien desarrollados, Gomer y Javan, representantes del grupo
“anatólico” y “mediterráneo” respectivamente. En el caso de Gomer, existe
unanimidad a la hora de ubicarlo en Anatolia o, en todo caso, en una zona
bastante al norte de los hebreos, con otras naciones de por medio. Las
Escrituras tampoco dan ocasión para pensar lo contrario: Gomer junto a su hijo
Togarma son ubicados “en los confines del norte” (Ez38:6), mientras que Askenaz
pacta con el reino de Ararat (este de Turquía) y los Mini (Lago Urmia)
(Jer51:27). Curiosamente, ni Gomer ni sus hijos son expresamente relacionados
por la Biblia con las islas/costas.
Los javanitas
Javán tuvo cuatro hijos: Elisa,
Tarsis, Kitim y Dodanim. Tanto él como su descendencia acumulan la mayor
cantidad de citas relacionadas con las costas, las islas o la marinería, no
sólo en comparación a otros jafetitas sino respecto a todos los descendientes
de Noé. La vinculación de Tarsis con el mar es tan grande que sólo podremos
apreciarla al final de esta serie de artículos, así que por ahora sólo nos
ocuparemos de lo concerniente a su padre y hermanos. Su ubicación mediterránea,
cuanto menos egea, es asumida por la totalidad de la crítica. Tengamos en
cuenta que aún hoy, al hablar hebreo moderno, los israelitas llaman “yavanim” a
los griegos. La importancia de este dato es capital pues reduce
considerablemente el área de ubicación de Tarsis, algo que será muy útil cuando
en el futuro nos enfrentemos a las tan aplaudidas teorías sobre una Tarsis
india, árabe o somalí. Como Jafetita, Tarsis ha de habitar forzosamente al
norte o al oeste de Israel, mientras que como Javanita su situación se concreta
al área del Mediterráneo, sobre todo de su costa norte. Esto no elimina muchas
otras candidaturas (Tarso de Cilicia, Cartago, Etruria, etc.) pero coloca a
Afroiberia en la buena dirección. Podemos afirmar sin miedo que Génesis X, la
Tabla de las Naciones, avala la localización de Tarsis en Afroiberia.
Existe cierta corriente teórica
que pretende circunscribir el territorio de los javanitas a un área ridícula:
Javán serían los jonios de Asia Menor y, entre sus hijos, Tarsis sería Tarso de
Cilicia, Elisa y Kitim se ubicarían en Chipre y Dodanim sería Rodas. De nuevo,
tales afirmaciones sólo pueden ser dichas por quien desconoce todo de la
cultura e historia hebreas. Los israelitas no eran grandes marinos, si acaso
pescadores de cabotaje, así que su conocimiento de las “islas” mediterráneas no
dependió de la proximidad de estás, sino de pueblos que como el fenicio, el
filisteo o el egipcio, les sirvieron de informadores a lo largo de su historia.
No podemos hablar entonces de un territorio javanita compacto y consecutivo,
sino de puertos esparcidos a lo largo del Mar Nuestro, de tal modo que se
conocía mucho mejor a la fenicia Gadir que a la inhóspita Albania, a pesar de
la distancia de cada una respecto a Israel. Por ejemplo, los KITIM no son
exclusivamente los habitantes de la colonia chipriota de Kition sino un
concepto más amplio que se refleja en los KHETTA de los murales de las XVIII y
XIX Dinastías egipcias, de aspecto totalmente minoico, o en los mercenarios
heteos (como Urías) que protegían al Rey David, por no hablar de la
identificación etno-simbólica que establecían los rabinos entre Roma y Kitim.
Algo parecido ocurre con los filisteos (PELESHET), presentes ya en los Pueblos
del Mar que amenazaron Egipto, y cuyo registro arqueológico en Canaán revela de
nuevo un fuerte sustrato egeo. Por cierto, los hebreos afirmaban que los
filisteos eran camitas y no jafetitas, norteafricanos desplazados primero a
Creta u otra “isla” cercana para luego emigrar a Canaán. Sus razones tendrían.
Pero sin duda fue Tiro la
principal fuente de información sobre el Mediterráneo que tuvieron los autores
de la Tabla de las Naciones. Compilada como veremos hacia el 950aC., coincide
temporalmente con el fructífero acercamiento de David y Salomón al reino de
Tiro. Los tirios estaban especialmente interesados en conseguir de los hebreos
una salida al Mar Rojo por el puerto de Esyon-Geber, y a cambio ofrecieron a
Israel ayuda económica y logística, al tiempo que le abrieron todo el catálogo
de mercancías de los recientes emporios occidentales. Este es el contexto en el
que nace la Tabla de las Naciones, el de un Israel entusiasmado por su grandeza
política, pero también por los nuevos “descubrimientos” que les traen sus
inquietos aliados. Si aceptamos tempranas visitas de los tirios al Mediterráneo
occidental, lo que se ha venido a llamar precolonización (s.XI-IXaC.), debemos
identificar a algunos de estos javanitas como poblaciones aborígenes en estrecha
relación con emporios kinani. Dado que los contactos de Tiro con Chipre no
fueron muy anteriores a los que tuvo con Útica, Gadir, Cartago o Lixus, si
“Kitim” es “Kytion” (Chipre) por mera homofonía, Tertis-Tarteso-Turdetania es
también un buen aspirante a ser la Tarshish bíblica.
Veamos a continuación las citas
bíblicas que relacionan a los hijos de Javán con el mar, recordando que cada
vez que leamos “costas” podemos entender “islas” sin ningún problema. No
repetiremos la cita que dimos al hablar de los jafetitas en conjunto
(Isa.66:19) que hace referencia a Javán, como tampoco las correspondientes a
Tarsis, protagonistas de otros posts de esta serie. Aún circunscritos a los
hermanos de Tarsis, los testimonios son abundantes, sobre todo los relacionados
con Kitim:
- “…de azul y púrpura de las COSTAS
de ELISA era tu pabellón”. (Ez27:7)
- “Vendrán NAVES de la COSTA de KITIM, Y
afligirán a Asiria, afligirán también a Heber…” (Num24:24)
- “Profecía sobre TIRO. Aullad,
naves de TARSIS, porque destruida es TIRO hasta no quedar casa, ni a donde
entrar; desde la tierra de KITIM les es revelado. Callad, moradores de la COSTA,
mercaderes de SIDÓN, que pasando el MAR te abastecían.” (Isa23:1-2)
- “Extendió su mano sobre el MAR,
hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto a Canaán, que sus fortalezas
sean destruidas.12 Y dijo: No te alegrarás más, oh oprimida virgen hija de
SIDÓN. Levántate para pasar a KITIM, y aun allí no tendrás reposo”.
(Isa23:11-12)
- “Porque pasad a las COSTAS de KITIM
y mirad…” (Jer2:10)
- “…tus bancos de pino de las COSTAS
de KITIM, incrustados de marfil.” (Ez27:6)
- “Porque vendrán contra él NAVES
de KITIM…”(Dan11:30)
Flavio Josefo
Josefo fue un historiador judío
del s.Id.C. bastante influenciado por la cultura greco-latina, que es considerado
por la crítica como un autor bastante fiable y racional. En sus Antigüedades de
los Judíos hace un relato paralelo de los primeros libros bíblicos y, cómo no,
aparece la Tabla de las Naciones. Por mucho que se le tache de tardío y
asimiliado, la escasez de fuentes antiguas semitas hace imprescindible el
testimonio de Flavio Josefo. Vaya por delante que este autor ubicaba Tarsis en
Tarso de Cilicia, luego no es sospechoso de favorecer nuestras teorías. Sin
embargo, existen algunas peculiaridades en su texto que enriquecen el original
bíblico y que conviene destacar.
La primera es que distribuye a
los jafetitas entre la desembocadura del río Tanais (hoy río Don, al norte del
Mar Negro), que era la frontera clásica entre Europa y Asia, hasta nada menos
que Gadir. De entrada, la opinión de Josefo anula totalmente la tesis académica
de que los jafetitas estaban distribuidos por una región minúscula. Además, si
opinaba que Tarsis era Tarso, ¿qué javanita o jafetita fue el encargado de
poblar Gadir? Aquí surgen distintas teorías que se alejan un poco de nuestro
tema, pero que conviene recordar por referirse a nuestra Península. De un lado
tenemos la teoría de Tubal, mayoritariamente seguida por los mitógrafos
españoles, que se apoya en las propias palabras del historiador judío: “Tobel
(i.e. Tubal) fundó a los tobelos, que ahora se llaman IBEROS”. Tradicionalmente
la crítica se ha echado al cuello de esta hipótesis aduciendo que estos iberos
no son de la Península Ibérica sino del Caúcaso. Bien podría ser, pero es justo
reconocer también que Josefo cita como vimos a Gadir y que, bastante más
adelante, mencionará las andanzas de Nabucodonosor por “gran parte de la Libia
y la Iberia”, regiones difícilmente vecinas si la Iberia de Josefo fuera
exclusivamente la caucásica. Otra teoría pone en duda el buen criterio de
Flavio Josefo al identificar Tarso con Tarsis, apoyándose sobre todo en que el
autor se excusa de que para ello habría que cambiar “la theta por la tau”.
Finalmente hay académicos que opinan que Gadir y otros territorios ibéricos
deben adscribirse a Kitim, no en su acepción meramente chipriota sino en otra
que da el propio Flavio Josefo: “Ceteim poseyó la isla de Cetim (ahora se llama
Chipre). De ahí que TODAS LAS ISLAS, Y LA MAYOR PARTE DE LA COSTA MARÍTIMA,
sean llamadas Cetim por los hebreos.” Con esta última cita cerramos lo
referente a Josefo, al tiempo que apuntalamos la reputación de costeros y
mediterráneos que, entre los hebreos, tenían Javán y su descendencia.
Cronología del texto
Como en cualquier libro bíblico,
nos encontramos con dos criterios de datación opuestos. De un lado tenemos la
teoría tradicional o rabínica para la cual el Pentateuco (al cual pertenece la
Tabla de las Naciones) fue escrito hacia el s.XVaC., durante el Éxodo y a manos
de Moisés o de sus escribas. Del otro tenemos las actuales teorías
desmitificadoras, que sitúan la redacción de Génesis X en fecha mucho más reciente,
oscilando según autores entre el 700 y el 490aC. Ambas posturas son extremistas
y poco rigurosas, pero mientras tratamos a la primera con desprecio o
condescendencia, la segunda suele ser aceptada sin hacer unas mínimas
averiguaciones. Lo que viene a continuación es una descripción de cómo hay que
datar un texto bíblico que espero sirva para futuras ocasiones.
En la Biblia, con la forma que
hoy la conocemos, hay implicadas una serie de fuentes, tradiciones o plumas
diferentes que son reconocidas incluso por rabinos y sacerdotes: la yavista, la
elohista, la deutoronomista y la sacerdotal (por orden cronológico). Además es
unánime la aceptación de una tradición oral, anterior pero también paralela a
la Biblia escrita, aunque cada autor tenga diferente opinión sobre su
importancia en la redacción final del Libro de libros. Los textos atribuidos a
la tradición yavista se remontan a mediados del s.XaC. y se relaciona con la
región de Judá. Se trataría entonces de escritos redactados bajo el mandato de
David o Salomón, a partir de tradiciones orales que se remontarían al II
milenio aC. Casi todo el libro del Génesis anterior a la aparición de Abraham
está compuesto por textos yavistas, y la Tabla de las Naciones no es una
excepción. Tras la muerte de Salomón el reino quedó dividido entre Judá al sur
e Israel al norte. Estos comenzaron desde el 931aC. a desarrollar su propia
tradición bíblica, que denominamos elohista y que se supone que estuvo
consolidada hacia el 800aC. Alrededor del 722aC., con la invasión asiria de
Samaria-Israel, ambas versiones se fusionan. Como no hay nada deuteronomista ni
sacerdotal en el texto de la Tabla de las Naciones, podemos afirmar que se
redactó probablemente durante el s.XaC., con pocas señales de añadidos del
s.VIIIaC. y, dado su carácter de himno etnográfico, muy posiblemente basado en
ancestrales tradiciones orales.
Los argumentos para rejuvenecer
el texto de Génesis X son ridículos. No se puede decir que el texto es del
650aC. porque no mencione la ciudad de Ashur, ya que tampoco menciona a Tiro
(sí a Sidon, Arvad, Gaza y hasta a los jebuseos, antiguos pobladores cananeos
de Jerusalén). El argumento de que el Gomer de la Tabla equivale a los Gimmerai
de Asurbanipal (s.VIIaC.) no aclara por qué entonces en el mismo texto aparece
el etíope-cushita Nimrod como primer poblador de Sumeria, dato que antecede
tanto los tiempos de Salomón que de hecho lo hemos recuperado recientemente
gracias a la Arqueología. Por citar otro ejemplo, se suele decir que Maday son
los medos o persas, y que por ello nuestro texto debe remontarse al 560aC.,
fecha en que los persas comienzan su dominio en la región. Algunos llegan a
defender el 490aC., aduciendo a una propaganda persa durante las Guerras
Médicas que se filtró en los judíos del exilio babilónico, haciendo de la Tabla
de las Naciones una obra de los escribas de Esdras. Sin embargo, el argumento
se les vuelve en contra cuando constatamos que en Génesis X no se hace alusión
a los persas (“Fares” en hebreo). Siendo los medos, por así decirlo, ancestros
de los persas, y siendo común citar a Maday y Fares (Media y Persia) como
pareja (v. Dan5:28), resulta muy lógico pensar que la mención del primero y no
del segundo en Génesis X aboga más bien por la antigüedad del texto. En
cualquier caso, nuestra tesis sale ganando: si aceptamos las cronologías bajas
(ca. 600aC.), Tarsis puede ser perfectamente Afroibera ya que por entonces
sería muy conocida a través de Tiro; si por el contrario aceptamos el 950aC.
como fecha de redacción de la Tabla de las Naciones, confirmaríamos que las
expediciones comerciales fenicias hacia el Mediterráneo occidental comenzaron
en fecha muy anterior a la que hoy defienden, es decir, que sí existió
“precolonización”.
Peso específico de Tarsis en la
Biblia
El término “Tarshish” aparece 31
veces en la Biblia, y en sólo dos ocasiones hace referencia a personajes
homónimos sin conexión alguna con la región que buscamos. En otras dos
ocasiones se refiere al legendario bisnieto de Noé que acabamos de estudiar
(Gen.X y 1Cr.1, que es su copia). Luego hay 9 menciones directamente como
región o pueblo, a las que habría que sumar las “naves de Tarsis” (11
menciones) y la “piedra de Tarsis” (7). Así dicho, nos quedamos como estamos.
Necesitamos saber qué significa ser citado 29 veces en la Biblia y para ello
debemos saber cuántas veces aparecen citadas otras etnias. Hay muchos pueblos
que no aparecen citados en la Tabla de las Naciones, pero me ha parecido que
esta era un buen soporte para establecer una comparación.
De los 74 nombres que incluye la
Tabla de las Naciones, Tarsis es el 8º más citado en la Biblia. Más de un
tercio de la lista, 28 pueblos o epónimos, sólo son mencionados dos veces, lo
que equivale a la propia Tabla de las Naciones y a su eco en 1Crónicas1. En el
otro extremo, pueblos como los cananeos, los hititas, los egipcios o los
filisteos son citados cientos de veces debido a la proximidad y el protagonismo
que tuvieron respecto a los hebreos. Para ser una isla o costa en el
Mediterráneo, Tarsis era muy célebre, y más cuando vemos que dentro de los
javanitas sólo Kitim le sigue de lejos con 8 citas o, ampliando el linaje,
Jafet con 11. Las rivales comerciales Ofir y Havilá sólo aparecen mencionadas
12 y 7 veces respectivamente, mientras que a un pueblo tan eminente como Elam
sólo se le cita 25. Definitivamente, Tarsis no era para los hebreos “Argamasilla
del Toboso”, y esto debería bastar para reconsiderar todas las investigaciones
actuales sobre el tema. Porque se suele ridiculizar como capricho la ubicación
de Tarsis y, peor aún, se hace ver que no existen bases documentales para
llevarla a cabo. Por el contrario Tarsis era una entidad cultural de
considerable importancia para los hebreos que sigue sin ser ubicada correcta y
unánimemente. En contra de lo que afirma la propaganda, hay mucho material en
la Biblia para ayudarnos a resolver esta sangrante carencia, y eso es lo que
humildemente intentaremos en esta serie.
Conclusión
Ni la Tabla de las Naciones, ni
ningún otro pasaje bíblico, puede por si solo resolver la localización de
Tarsis. Los argumentos etnográficos o históricos que se apoyen en la Biblia
deben contar con una pauta que se repita en varios pasajes, de distinta época,
género literario y propósito. Tal pauta existe en Tarsis y conduce directamente
a nuestras costas, de una forma tan clara que tienta a la anticipación. Sin
embargo, debemos mantener un ritmo muy gradual, masticar lentamente cada pasaje
sobre Tarsis, interrelacionarlo con lo que ya sabemos, hasta ir destilando la
información que soslayan los que van de listos. Sólo así podremos desprendernos
de esa losa de años ridiculizando la mera mención de una Tarsis afroibérica.
Dicho esto, Gen. X es una
verdadera joya para nuestra tesis. En la Tabla de Naciones se hace
incontestable que Tarshish (epónimo de una nación) es hijo de Javán, el
jafetita más marinero. Nosotros hemos añadido que es muy probable que entre los
javanitas figuren pueblos que interactuaron con los emporios tirios del
Mediterráneo y aún del Estrecho (v. Josefo). Por otra parte es innegable, lo
veremos en breve, que en la Biblia Tarshish aparece insistentemente ligada a
Tiro, sobre todo en los Libros Proféticos. Tampoco se puede cuestionar que Tiro
fundó importantísimos emporios en las costas de Afroiberia, es decir, en Tertis-Tartessos-Turdetania.
Según la tradición grecolatina, los tirios “descubrieron” Cádiz hacia el
1.100aC., y el emporio adquirió tal peso comercial que su templo dedicado a
Melqart era célebre en todo el Mediterráneo, más aún que el de la metrópoli. Como
dicen los evangelios, quien tenga oídos para oír, que oiga.
18 comentarios:
Uf, por partes, mi estimado Sensei.
Primero una anécdota que seguro que ya conoces, sobre la famosa Maldición de Cam (aunque el maldecido fue Canán), la Biblia no dice de qué color es Cam, eso lo afirma el Talmud, imagino que para justificar la Trata negrera, negocio muy estimado por los judíos ya desde el imperio romano. Por cierto, el Talmud que conocemos es del siglo IV, y está basado en la tradición oral y en la Biblia cristiana.
Luego una reflexión, creo que importa poco si la Biblia se escribió en tal o cual siglo. El caso es que si es más reciente, siempre sabrá lo que pasó anteriormente, y si eso coincide con los datos arqueológicos etc... Y con el sentido común, está todo dicho. Creo recordar que los textos más antiguos del V. Testamento que tenemos son de entre el siglo III y el I. Pero es lo que te digo, a posteriori siempre se puede saber lo que paso anteriormente.
Y ahora las peticiones, que no tengo ganas de ponerme a buscar, así que te toca el trabajo sucio. Cuando afirmas que los hebreos decían que los filisteos eran camitas, a ver si me puedes pasar la fuente exacta.
Lo mismo para la Creta poblada por Cashluhim y/o por Caftorim, te estaría inmensamente agradecido.
Y ahora afirmo yo, David, Salomón etc son personajes mitológicos. Que se sepa, sólo hay constancia de un reino judío desde los macabeos, antes? Nada, ni siquiera Alejandro Magno los menciona. Eso del Gran Israel es puro mito, pero ese es otro tema.
Un saludo, y luego te pasaré algo más que he encontrado de esto de Tartesos, a ver que opinas.
Por partes, que decía Jack:
- La “maldición de Cam” es como dices un timo, pero además de los peores y más desvergonzados, teniendo en cuenta lo que en nuestra época ha sido considerado antropológicamente un “hamita” o “camita”. He de confesar que este es uno de mis “topics” favoritos, y que por tu culpa me veo a ahora en la obligación de publicarle un monográfico. Te lo dedicaré ;)
- La existencia de Israel, incluso de un “Gran Israel” está para mi fuera de toda duda así que, por fin, hemos dado con algo en lo que discrepar. De hecho, considero que la negación del Israel bíblico es una moda bastante reciente originada por el conflicto palestino-israelí: los sionistas quieren pisotear a los árabes desde el Nilo hasta el Tigris porque, dicen, así se lo manda su dios, y los antisionistas quieren negar desde la raíz los fundamentos bíblicos que presuntamente justifican dicho expansionismo sionista. Los hebreos e Israel existieron porque así lo dejaron perfectamente constatado en sus libros, bíblicos o no, porque así lo declara la arqueología (aunque esta demuestre que eran mucho más idólatras y “cananeizados” de cómo les gustaba retratarse), y porque otros pueblos hablan de ellos, tanto los egipcios como los mesopotámicos. Dado que respeto mucho tus conocimientos de Egipto y Próximo Oriente antiguos, supongo que tus razones tendrás para afirmarlo. Por eso te mandaré al correo privado un dossier con mis argumentaciones para que me las rebatas o te convenzas, pero en cualquier caso lo pasaremos bien.
- Lo de los peleshet/palestinos camitas es un asunto totalmente aceptado por la tradición hebrea, pero que ya aparece en el propio cap. X de Génesis, concretamente en el versículo 14. Como en el caso anterior, hay otros muchos argumentos que exceden de largo esta sección de comentarios y que mandaré a tu email.
- Acepto tu datación (definitiva) de los textos bíblicos en los siglos III-I a.C. si aceptamos que la obra de Platón o Aristóteles datan, como redacción definitiva, de la Edad Media. Esto implica que los hebreos no sólo conocían lo que había pasado anteriormente, como bien dices, sino que también tenían registro, oral y escrito, mediante fórmulas fijas, de dichos sucesos, y que muchos de ellos fueron “pegados en collage” para formar la Biblia junto a otros que actúan como “cemento” o “lubricante”, según los casos. La Tabla de las Naciones es evidentemente uno de esos remanentes, casi intacto, de la cultura antigua.
Pues nada más, salvo darte como siempre las gracias por la vidilla que le metes a este blog. Más que un usuario te estás convirtiendo en un colaborador. Ya te voy mandando los dossier sobre Israel en las fuentes antiguas y sobre los Peleshet. Un abrazo afroibérico.
Ah, y la Biblia sí dice que Ham es negro, aunque sólo de manera implícita, mediante etimología. Ya lo explicaré mejor en la entrada sobre el mito Hamita. Saludos
Hombre, se supone que Cam es negro, ya que se refieres a lo que hoy podríamos llamar etíopes. Como bien dices, es implícito.
Y lo de los textos biblícos no lo dato yo, ojo, JAJAJA lo dicen ellos.
Sobre Platón, Aristóteles... por supuesto, son de la edad media, como bien dices.
Y sobre Israel, aaaay Israel, cuantos dolores de cabeza me produce, no sé siquiera si entraré al trapo.
T gracias por lo del Génesis
Hola de nuevo, malandrín
Dije "tu datación" porque suponía que la suscribías, no porque fuera de tu cosecha.De todas formas, ninguno de esos "ellos" a los que te refieres ha podido aplicar el método científico a las lenguas porque estas no se dejan, y menos para datarlas. Así, todo es opinable en este sentido.
En cuanto a Israel no tienes por qué entrar al trapo, pero si lo hacemos será mejor dejarlo para conversaciones privadas porque ya sabes que es un tema demasiado incorrecto políticamente. Pero vaya, que tampoco voy a esconder que mi actitud, después de sufrir lo mío, es amar a Israel pasando de los israelíes, amar el Islam pasando de los musulmanes, amar India pasando de los indios, y así hasta llegar a los patagones. Incluso amo a Occidente a pesar de los nazis, los académicos eurocentristas y la innumerable corte de pusilánimes que no parecen encontrar tiempo para pararles los pies.
Sí están datados, sí, con C14. Está datado lo que es el papiro, claro, lo que se escribe en el... Posterior seguro, hasta ahí estaremos de acuerdo JAAJJAJA
En cuanto tenga tiempo, y me lo lea antes, no sea que fuera un disparate, te paso un par de enlaces sobre Tartessos, sobre otra localización de Tartesso, aunque imagino que ya la conocerás. Pero tiempo al tiempo.
La verdad es que no creo que la datación sea muy relevante en el tema que nos ocupa.
Da igual que sean del siglo X que del III aC, o eso creo yo.
Nosólo os robamos los telares, también os robamos tartessos JAJAJA
Lo dejaré en varias partes porque no cabe
Un saludo.
Dónde estaba Tartessos?
Se sabe que era una ciudad y una civilización ibera, junto a un río navegable llamado Iberus. Los esfuerzos que hacen los etimologistes para deducir que Betis, el nombre que a la época romana se daba al Guadalquivir, viene de Iberus son bastante penosos y, a pesar de los numerosos equilibrios que intentan, no hay ningún razonamiento que justifique esta evolución del nombre. El río, pero, también era conocido con el mismo nombre de la ciudad: Tartessos.
El río, pero, venía de la Hispània céltica (1). Aristóteles explica que el río Tartessos nacía a los Pirineo "de los Pirineo bajan el Istre y el Tartessos, estos más allá de las columnas de Hércules". En efecto, el Ebro nace en la cordillera Cantábrica, más allá del estrecho de Gibraltar (2).
A veces se ha discutido si el Ebro es afluente del Segre o al revés. Hoy aceptamos esta última opción. En efecto, el Ebro nace en lo que entonces era la Hispània céltica y el Segre nace en los Pirineo.
Así pues, el único río navegable de la Península Ibérica que reúna todas estas características es lo ríe Ebro, de ninguna de las maneras el Guadalquivir.
Por otro lado, el pueblo iber vecino de Tartessos eran los cempsos, que vivían al pie de los Pirineo (3), hecho imposible si Tartessos estuviera en el delta del Guadalquivir.
Tartessos estaba en el Mar Lígur (4), que es aquella parte del Mediterráneo que hay entre Provenza, Languedoc, el Principado de Cataluña y las Baleares. Nunca se ha denominado así el mar que baña la costa de la Andalucía Occidental.
Hubo un rey mítico de Tartessos llamado Theron o Geron, aquel a quien Hércules robó las vacas. Probablemente, la longevidad excesiva de Geron nos hace pensar que, más que de un solo rey, se trataría de una dinastía. Bien, fuera como fuera, fuentes romanas describen este rey como rex Hispaniae citerioris (5). Recordamos que la Hispània Citerior era la Tarraconense, y comprendía, más o menos, la mitad nordeste de la Península Ibérica: los actuales Cataluña, Valencia, Aragón, la región de Murcia, y todo el valle del Ebro hasta el Cantábrico. En el Mediterráneo, el límite era en algún punto entre las costas de las actuales provincias españolas de Murcia y Almería. El resto de la Península Ibérica era conocida con el nombre de Hispània Ulterior, que comprendía Andalucía actual donde la historiografía sitúa Tartessos.
Hemos hablado antes de los esfuerzos de los púnics por librarase de un competidor tan molesto como era Tartessos. Como parte de su estrategia, recordamos, conquistaron tres islas que había ante la ciudad. Explica el autor romano Servio, en su comentario de la Eneida de Virgili que " Geryones rex fuit Hispaniae, qui ideo trimembris fingitur quia tribus insulis proefuit, quoe adiacent hispaniae: Balearicae majori et minori et Ebusso", es decir: "Gerió fue un rey de Hispània que se representa con tres cuerpos, porque mandó sobre tres islas: Mallorca, Menorca e Ibiza" (6).
Pues bien, sabemos que los púnicos invadieron Ibiza el 654 aC, unos 150 años antes de la destrucción de Tartessos. Probablemente, tomaron el control de todas las Baleares, a pesar de que no ocuparon directamente Mallorca y Menorca y, sí, en cambio, Ibiza, lo cual no tenía sentido, si no era para usarlas como base de operaciones para presionar a los tartèssics y para evitar, a la vez, que estos las usaran como centro de aprovisionamiento en apoyo de su flota. Es una explicación mucho más plausible que la conquista de tres islotes de la desembocadura del Guadalquivir.
2ª PARTE
De todo lo que hemos dicho hasta ahora se deduce que Tartessos no podía estar situada en la desembocadura del Guadalquivir. Hay que buscar, por lo tanto, una localización alternativa más de acuerdo con la información que se desprende de las fuentes. ¿Qué ciudad conocemos, situada cerca de la desembocadura de un gran río navegable de nombre Iberus que naciera cerca del Atlántico y atravesara el país de los celtas y por el cual se pudiera hacer bajar el estaño británico con relativa facilidad? Qué ciudad conocemos que tenga... tres islas con suficiente entidad para ser colonizadas por los púnicos no muy lejos, y que además tuviera como vecino un pueblo situado al pie de los Pirineos?
Seguramente, a todos nos viene a la cabeza un nombre: Tortosa que, dicho sea de paso, presenta una sorpresiva similitud fonética con Tartessos. Y no somos los primeros al decirlo. El año 1849, el teólogo alemán Redslob ya formuló esta hipótesis (7).
Hay que recordar que, en época romana, Tortosa era puerto de mar, que en la edad media consta perfectamente documentada la existencia del puerto de Tortosa y que esta ciudad, que se ha alejado del mar en una época relativamente reciente, tuvo comandancia de Marina hasta hace muy poco.
Se decía que el estaño bañaba las paredes de Tartessos, (8). Esto se explica por la burla del bloqueo que los púniocs hacían en las Columnas de Hércules utilizando el rio Ebro, que con balsas es navegable al poco de su nacimiento. Esta navegación es perfectamente factible. Antoni Rubió i Lluch describe como una parte de la Compañía Navarra que fue a Albania a luchar por unos derechos que tenía el infante de Navarra Lluís d’Evreux, hijo de Felipe III de Navarra y hermano de Carles II. Ni más ni menos que un ejército de 400 hombres bajó río abajo, desde Tudela hasta Tortosa (9).
Además, la distancia hasta el Atlántico es bastante corta, y unos pocos pactos con algunos caudillos cántabros o vascones habrían sido suficientes para llevar, sin trabas, el preciado metal hasta el Mediterráneo y, de allá, hacia los mercados del Mediterráneo oriental, y todo con la más que probable colaboración de los griegos.
Fue cuando los púnics empezaron a presionar Tartessos y atacaron las Baleares, todo y ocupando Ibiza, que los griegos, aliados de los tartèssics, empezaron a fundar sus colonias norteñas de la Península Ibérica. Al ser destruida Tartessos, los griegos se encontraron sin ningún apoyo en la Península y tuvieron que usar sus nuevos asentamientos para poder mantener las relaciones comerciales en esta parte del Mediterráneo una vez desaparecidos sus colaboradores.
Última parte
De dónde viene la confusión?
Aun así, si los razonamientos expuestos hasta ahora parecen tan contundentes en contra de la tesis de la localización andaluza, como es posible que haya tanta unanimidad en la historiografía oficial a la hora de situar Tartessos en el delta del Guadalquivir?
Sin duda, el error nace del hecho que una parte de los historiadores, cronistas y geògrafs de la época clásica grecoromana, que siguiéndose los unos a los otros, confundieron Tartessos con Gades (el actual Cádiz). Gades era una colonia púnica, estratégicamente situada para vigilar la ruta atlántica del estaño. Las luchas entre púnics y tartèssics ayudaron a extender la confusión que cometieron, por ejemplo, autores de gran prestigio como Herodot, Aristòfanes, Èforos y Platón (10), entre otros, y que se generalizó entre los estudiosos posteriores. Así lo confirma el experto en Tartessos, el alemán Adolf Schulten.
Así pues, cuando describían el entorno donde, según ellos, se ubicaba Tartessos, lo que hacían era describir el entorno a Gades y, por consiguiente, lo que describían era el delta del Guadalquivir y, así, el error se fue autoalimentando.
Cuando los primeros estudiosos hablaron de Tartessos, esta ya hacía siglos que había desaparecido. había el recuerdo que era 'cerca del Océano', o 'cerca de las Columnas de Hércules'. Está claro que, desde Grecia, Fenícia o Egipto, Tartessos, situada en la desembocadura del Ebro, queda relativamente cerca, desde su punto de vista, del Océano Atlántico. Es como sí desde el Mediterráneo dijéramos que Hamburgo está cerca del Báltico, cosa cierta desde nuestro punto de vista geográfico, pero que le puede sonar extraño a un hamburguès porque desde esta ciudad todavía hay un buen trozo hasta el Báltico, como hay un buen trozo desde Tortosa hasta el Atlántico.
El hecho que el río Tinto fuera llamado Hiberos en época romana, a partir del comentario introducido por Rufius Festus Avienus en su Ora Marítima, ha alimentado la confusión (11). Pero el único río navegable de Andalucía es el Guadalquivir, entonces denominado Betis. Y derivar Betis de Iberus es una auténtica misión imposible.
Los cronistas de época clásica grecoromana explican que los iberos eran malos navegantes. Pero, está claro, cuando ellos escribían ya hacía un buen puñado de años que los púnicos habían destruido Tartessos y, con su completa destrucción habría desaparecido, también, cualquier recuerdo sobre las aptitudes de sus pobladores. De forma que no podían saber nada sobre una posible marina de los iberos tartèssicos. Aun así, la Biblia y documentos de origen egipcio hablan de la flota de Tartessos, por lo cual hay que suponer que aquellos iberos tenían una flota y que, por lo tanto, poco o mucho, sabían navegar. A tal efecto hay que considerar también el hecho que la tribu ibera de los sicanos colonizó Sicília, circunstancia que sólo podría haberse llevado a cabo a partir del conocimiento del arte de la navegación. (12)
El enlace, se me había olvidado. En el está la bibliografía y el autor.
http://cafe-para-trece.blogspot.com/2011/02/tort-essos.html
1ª Parte:
¿Tortosa-Tarteso? ¡Jamás pensé que habríamos plantado colonia tan al norte! ;)
No se por donde empezar, hay tantos errores en esta teoría que daría para un par de entradas (y no me sobran últimamente). Sobre todo nos debe quedar absolutamente claro que los topónimos y pueblos que aparecen en las fuentes antiguas no son piezas modulares intercambiables que se explican por sí mismas. Por el contrario, debemos pensar en una red de localizaciones donde cada una se explica a través de sus relaciones con las demás. Ptolomeo, Estrabón, Avieno y todos los geógrafos que describen nuestro litoral lo hacen integrándolo en el contexto general de las costas, tanto atlánticas como mediterráneas, tanto europeas como asiáticas. Se trata de una costumbre literaria producto de la navegación de cabotaje y de la falta de estados-nación como actualmente los entendemos. Por eso es tan habitual que empiecen su relato allá por Lisboa o Finisterre y que, cala a cala, pueblo a pueblo, no paren (dejando atrás Gibraltar, Etruria, Sicilia, Grecia, Canaán, Egipto o Libia) hasta llegar a Larache. ¿Consecuencia? Si mueves esa cadena por capricho el resto del conjunto chirría. Obviamente existen desavenencias entre las fuentes grecolatinas, pero sería como si a cinco collares iguales les cambias aleatoriamente unas pocas cuentas. Todos, créeme, todos los autores “clásicos” coinciden en esta secuencia básica: …-Tago-Curense-Anas-Tartessos-Gadir-Columnas-Massienos-Pitiusas-Iberos-Ligures… El método que yo aconsejo es empezar con una estimación de mínimos aunque segura. En nuestro caso sabemos que Tartessos se ubica entre el río Tago y las Columnas de Hércules, localizaciones que creo unánimemente aceptadas como el Tajo y Gibraltar. Por el oeste podemos recortar aún más el segmento de cadena, pues sabemos que el Cabo Cunneus o Cynético era considerado como la punta de Europa más metida en el Atlántico. Ni los antiguos ni los actuales han dudado que su ubicación más probable era el Cabo San Vicente. Finalmente, la presencia del Guadiana en la frontera con Portugal hace difícil no identificarlo con el Anas, que separaba tartesios de lusitanos. Por tanto, Tartessos sólo se puede encontrar entre el Guadiana y Gibraltar. Creo que podemos afinar aún más, aunque esto ya es opcional pues el propio Columela (gaditano) ubicaba Tartessos en Algeciras, mientras que la Universidad de Huelva lo busca por sus playas. Para mí, la especial relación que todas las fuentes establecen entre los tartesios y un gran río navegable (Tartessos, Tertis, Betis, según fuentes), que en su desembocadura plantea un espectacular estuario no me deja dudas. Aún hoy, el Guadalquivir es el río español (peninsular tras el Tajo) con mayor tramo navegable; aún hoy el Parque Natural de Doñana es la mayor marisma de la Península y de gran parte de Europa. Finalmente, Tartessos (río o pueblo) es un concepto invariablemente situado en las proximidades de Gadir, la cual me vas a permitir que siga ubcando en Cádiz o su bahía hasta que no aparezca, allá en Tortosa, una parcela llamada “La Gadereta”. ¿Qué ocurre si por el contrario aplicamos la teoría de Tortosa? Pues que hemos de desplazar toda la secuencia de localizaciones como la cadena de una bicicleta. Aunque la localización “Tartessos” sea ahora Tortosa, seguirá teniendo el Tago a un lado y las Columnas de Hércules por el otro, pero, ¿a qué corresponden ahora? Por el lado sur-occidental de la cadena la cosa es grave, porque tenemos que repartir unos pocos topónimo, lógicos entre el Tajo y Tarifa, estirándolos ahora hasta el Ebro y por tanto hasta el disparate (El Anas es el Segura, el cabo de los curetes Gibraltar, etc.) Pero mucho peor es tener que buscar unas “verdaderas Columnas de Hércules” al NE de Tortosa. ¡A ese paso las Pitiusas acaban siendo Córcega y Cerdeña!
2ª Parte
Para terminar, macedonia de objeciones: 1. No hay ientificación posible entre los ríos Hibero y Tartessos, el Hibero estaba entre el Anas y el Tartesso, y se suele identificar con el Tinto-Odiel. 2. Los Pirineos de los más antiguos textos grecolatinos abarcaban otras cordilleras como la Ibérica e incluso la parte norte de la Bética; la prueba es que todos ellos los orientaban de Norte a Sur. 3. El Mar Ligur relacionado con Tartessos fue luego llamado Lago Ligur (como corresponde a la desecación de Doñana) y era característico por sus mareas y esteros; nada de esto puede decirse del tramo de Mediterráneo Norte que bañaba a los ligures. 4. Lo de los bondadosos griegos y los pérfidos cartagineses huele a naftalina. 5. De Tortosa a la isla de Mallorca hay los mismos km. en línea recta que de Cartagena a Formentera, así que no se si “islas cercanas” es el calificativo más adecuado. 6. Usar la estimación “Hamburgo está en el Báltico” es totalmente engañoso porque, aunque efectivamente Hamburgo participa ya de la cultura Báltica (está a 80km de sus costas en línea recta), si quiere llegar por mar necesita rodear 860 km. de litoral danés. “Tortosa está en Gibraltar” supone una exageración tanto en línea recta (750km) como bordeando la costa (950km). 7. Es divertido ver cómo esta tesis, fuera del anterior argumento, evita todo lo concerniente al Océano Atlántico, machaconamente mencionado por cualquier autor que nos haya escrito sobre Tartessos; es lógico: el Atlántico no sólo lo ubica definitivamente fuera del Ebro sino que también explica el estaño por el comercio oceánico de metales que Afroiberia mantenía con Bretaña o Inglaterra desde la Edad del Bronce. 8. Francamente, no se qué autor le queda en pie para avalar su teoría si, como dicen, la “parte” de geógrafos que se hacen el lío Tartessos-Gadir abarca a “Herodoto, Aristòfanes, Èforos y Platón, entre otros”, para luego generalizarse “entre los estudiosos posteriores” (es decir sus confesos deudores: Estrabón, Ptolomeo, Avieno, etc.). 9. Schulten (de paso, vaya cita añeja) jamás dudó de un emplazamiento andaluz para Tartessos como jamás negó que Tartessos y Gadir estuvieran geográficamente muy cercanas; sólo dijo que Tartessos y Gadir no eran la misma ciudad.
Nada más Ernesto, salvo darte las gracias por darle al blog caña y vidorrio. Te dejo en el aire mi coña del principio: ¿no será que Tortosa fue una colonia tartesia? Veamos, buen río, un delta activo en aquella época, lugareños civilizados y comerciantes… ¡caramba, eso pide a gritos un emporio cananeo-tartesio!
No me importaría nada que Tortosa fuera una colonia de Tartessos, antes al contrario, sería un orgullo.
Además, eso demostraría el buen gusto de los tartesos.
El artículo este atufa (fa pudor, como se diría en catalán) a chovinismo catalanista, un catalanismo bastante contraproducente contra su propia causa.
Lo de Schulten también me dejó un poco perplejo, yo lo tenía por un forofo del tartessos andaluz. No se a que Schulten conocería el autor de ese artículo.
Un saludo.
Qué pasa, Sensey?
Mira lo que encontré, a ver que te parece.
http://arkeotavira.com/Mapas/Iberia/Populi.htm
Cómo va "pequeño" saltamontes? La web de Arkeotavira me gustó un montón cuando la conocí porque te proporcionaban pdfs, cartografía, presentaciones, reconstrucciones, etc. Además, gracias a ellos conocí la existencia de yacimientos tartésicos en Portugal porque nuestros investigadores patrios ni cuentan con ello, cortan por Ayamonte y santaspascuas.
Nada que no te haya dicho ya: que sigas mandando enlaces tan interesantes y que gracias por hacerlo.
Aunque lo explicaste en otro post, todavía no me convence eso de tratar de arrojar luz sobre el debate racial analizando los mitos fundacionales de los hebreos; que dicho sea de paso, son un pueblo tan etnocentrista como los de Europa y según se refleja en la biblia, reclaman el origen de la humanidad para oriente medio y no para África. Lo curioso es que son un pueblo afroasiático, que afirma descender de los caldeos; solamente hay que recordar que de Abraham, personaje de quien dicen descender, se dice en génesis que salió con su padre Taré de "Ur de los caldeos"; además de que la parte de África que se conocía en la Mesopotamia era la región nilótica y el cuerno de África.
Lo peor de todo, a mi juicio, es que nunca conoceremos el aspecto que tenían los hebreos, a menos que no sea por estudios de ADN a los restos que se conserven de ellos y esa información es muy susceptible de ser manipulada, amén de todas las dificultades técnicas que supone codificar todo un genoma y y que el margen de error aumenta. Además de que ahora se baraja la hipótesis de que los israelíes y los judíos europeos no descienden de los Hebreos sino de caucásicos procedente de un reino conocido como "Imperio Jázaro". Tener la plena certeza de que los hebreos y de paso todos los pueblos de la Mesopotamia eran afroasiáticos, sería lo único que pondría fin a este debate.
El debate racial no puede ser resuelto por la genética en exclusiva porque el concepto de raza es acientífico. No hay nada malo en ello: el amor, las ideoligías, los gustos musicales y mil cosas mas son acientíficas y las disfrutamos sin problemas. La percepción racial es psicológica y social, por eso no es lo mismo lo que yo, un blanco de Alabama o un sudanés entendemos por "negro". Este trabajo se centra en la percepción racial de los hebreos a traves de los documentos bíblicos, es decir, cómo ellos agrupaban a los pueblos vecinos. Su método por cierto estará necesariamente lleno de errores, pero eso nos pasa tambien a los occidentales actuales porque el tema es complicado. El artículo está contextualizado dentro de unos articulos sobre Tarsis-Tartesos y, dado que fueron los hebreos los primeros en referirse a Tarshis, vi prudente que primero nos enterásemos de lo que esos hebreos pretendían exponer. Algo mucho mejor sin duda que permitir a terceros interpretárnoslo, pues hay académicos interesados en trasladar Tarsis al Indo y más allá.
Pd. Lo de los kázaros no es solo verdad sino que está planteado desde hace décadas. Cualquier español o portugués actual puede tener más sangre de hebreo bíblico que un rabino de origen lituano.
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