Hará unas semanas recibí en Afroiberia un comentario de un
grupo de investigadores. Me invitaban muy amablemente a la conocer su blog (www.xn--elniodeorce-4db.es), de paso que me facilitaban información sobre el efecto que provoca mi
publicación en determinadas instancias académicas, y por ambas cosas les estoy
enormemente agradecido.
Se hacen llamar los niños de Orce y, tras
leerlos, uno se pregunta si es necesario seguir escribiendo este blog desde el
que me dirijo, al menos en lo referente a la cuenca de Guadix-Baza-Huéscar y su
riqueza paleo-antropológica. Información veraz, exhaustiva y, lo que me parece
más importante, escrita con tanta cabeza como corazón… y entrepierna (masculina
o femenina, vayamoh a poyiyah).
Antiguos y sedientos usuarios de Afroiberia: si quieren
darse un gozoso paseo por las miserias que mantienen Orce y alrededores
postrados al ostracismo, no dejen de leer el blog que aquí les recomiendo.
Abercan se ha vuelto un flojo, se ha vendido a la CIA, pero los niños de Orce
siguen dando candela a quien más lo merece. Me pongo sus sandalias, camino su
senda, y me llevo los palos que a ellos estén destinados. Definitivamente,
quiero ser niño de Orce honorario.
Sólo hay una sombra en este feliz encuentro. Me pedisteis
que diera mi propia opinión sobre los bochornosos acontecimientos en torno a la
publicación, y retirada, del nuevo resto antropológico. Y yo me niego. Vosotros
ya llenáis el hueco de forma perfecta, así que no hay más que añadir. Ahora
quiero ser lector y disfrutar de vuestros análisis. Aparte, ando fuera de
España, pagar el alquiler es una odisea, y por si fuera poco escribo estas
líneas con un dedo como un garbanzo, culpa de un cuchillo cocinero. Que la
fuerza os acompañe.
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