miércoles, 6 de octubre de 2010

Van dos años

Una tarde de verano mi mujer me emplazó seriamente a que pusiera por escrito en la web todas aquellas conclusiones que había ido acumulando acerca de Afroiberia. Le parecía una lástima y una pérdida de tiempo que estas continuaran ocultas en el cajón de nuestra intimidad y de pocos amigos más, a la espera de que los canales tradicionales de difusión estuvieran maduros como para acogerlas. Me dio como plazo un mes o dos para publicar y a mi se me vino el mundo encima. Pero, como siempre, le hice caso porque, como siempre, era y es mi mejor consejero.

Dos años después de aquel excitante comienzo me sorprendo pegado a la tecla con la misma fuerza e ilusión del primer día. Este segundo año que ahora se culmina no ha cumplido todos los objetivos que me propuse en el primer aniversario, pero sí su mayoría. En contrapartida, he incorporado elementos no planificados que han resultado ser herramientas excepcionales. Hablo por ejemplo del contador de visitas que puse en marcha en marzo y que a fecha de hoy arroja un testimonio de nada menos que 3.474 consultas. De nuevo fue mi pareja la que me “obligó” a instalarlo ante mi renuencia. Francamente no me apetecía comprobar que sólo cuatro gatos consultaban mi trabajo, y no sabía si aquello me desanimaría hasta el punto de abandonar. Los resultados me han demostrado que no podía estar más equivocado. Otra herramienta que me ha servido de mucho es la sección de estadísticas que facilita Blogger. A través de ella sé en cada momento qué entradas tienen más éxito o bajo qué búsqueda acceden a mi blog, cuestión esta última que me ha permitido descubrir, con placer y agradecimiento, que muchos son lectores habituales. Pero sin duda lo que más me gusta es ver de qué países provienen mis usuarios. He comprobado con sorpresa que España no sólo no es el único país desde el que se me consulta, sino que a menudo no es ni siquiera el mayoritario. México en particular, y América Latina en general, son importantísimos focos de consulta y de nuevo me siento obligado a expresar mi gratitud. Desde que soy consciente de su presencia algo ha cambiado en mi trabajo, escribo algo más para ellos y algo menos para los españoles, y prometo que en su día publicaré entradas que sin abandonar su neta raíz afroibérica toquen de lleno al continente americano. Por otra parte, no deja de ser divertido que alguien que fue tan reacio a publicar como yo, y que de hecho aún se escuda bajo un seudónimo, descubra cada día que es leído desde Japón, Sudáfrica o Letonia. Cosas de la vida.

Permítanme suponer que si dispongo de más de 3.400 consultas en seis meses largos, en dos años con el contador activado nadie me habría quitado las 5.000. Desde una perspectiva tradicional, la que me marcaba antes de publicar el blog y que consistía en esperar a ser publicado por imprenta, ser invitado a charlas, etc., jamás habría soñado con este éxito. Si entonces me hubieran vaticinado que dentro de dos años vendería 5.000 copias de un libro, o que la suma del público de mis charlas rondaría las 5.000 personas, los vecinos denunciarían mis carcajadas a la policía o al psiquiátrico. Ya se que muchos abrirán mi blog para de inmediato abandonarlo por considerarlo aburrido o disparatado, pero del mismo modo sabemos que muchos libros se regalan por navidad para adornar estanterías y que muchos acuden a charlas y simposios para echar siestas. Prefiero pensar en las personas que se toman la molestia de leer mis ideas, y sobre todo en aquellos a los que he podido ayudar, bien con datos, bien con ánimos, y que hacen suyas mis conclusiones. Y poco me importa si son 5.000 o 500, pues aún siendo 50 han colmado expectativas que antes ni me atrevía a soñar. Por eso no es retórica cuando digo que no se cómo agradecerles tan fabuloso regalo. Quizás les ayude saber que escribo para ellos tanto como para mí, y que necesito de ellos mucho más que ellos de mí.

Hasta el próximo aniversario, si D´´s quiere. Abercan.